Siguiendo con nuestra nueva iniciativa de aportar al visitante una amplia visión de Écija como destino cultural, en esta ocasión nos vamos a centrar en el símbolo más representativo de ella, sus conocidas torres.
Antes de comenzar queremos responder a una pregunta muy frecuente entre los viajeros que pasan por aquí, ¿cuántas torres hay en Écija? Os diremos que son 11 actualmente las torres que podemos ver en la ciudad, si bien en origen, en siglos pasados, fueron algunas más, sin contar además con las espadañas, que también embellecen la panorámica de la ciudad.
Por el número de torres y el tipo de información que queremos aportar, a nuestro juicio bastante amplia, hablaremos en una primera entrada de nuestro blog de las torres parroquiales dejando las pertenecientes a antiguos conventos para una segunda entrada. Y es que a partir de finales del siglo XIII en la ciudad van aflorando infinidad de iglesias y conventos que comienzan a conformar un conjunto amplio, rico y diverso que sin lugar a duda es uno de los mejores atractivos para elegirnos como destino turístico.
Según palabras de nuestra paisana Ana Valseca, los campanarios ecijanos se caracterizan por su “grandeza, singularidad y belleza”, aspectos que en cierta manera hacen, junto con el resto de manifestaciones del periodo barroco, a nuestra ciudad ser considerada uno de los grandes conjuntos barrocos de Andalucía. Campanarios que si bien existían con anterioridad al esplendor del siglo de Oro ecijano, el siglo XVIII, se vieron muy afectados por el terremoto acaecido en la mañana del día 1 de noviembre de 1755, el conocido como terremoto de Lisboa. Este hecho, natural, hizo que casi todos nuestras torres sufrieran de manera obligada una consolidación o en muchos casos como luego veremos, una construcción de nueva planta lo que hace que en su inmensa mayoría hablemos del estilo barrroco como estética general salvo casos puntuales.
En pleno corazón de la ciudad, en uno de los flancos de su Plaza de España, se alza majestuosa la Torre de la Parroquia de Santa María .
Dicha torres se sitúa en la plaza del mismo nombre. Dentro de un entorno tan bello como barroco podemos divisar a simple vista su grandeza, corpulencia y a la vez su impronta barroca, caracterizada por la decoración a base de azulejería, una constante en toda la región. Desde los orígenes de dicha parroquia, en torno a mediados del siglo XIII, la iglesia existente disponía ya de torre a sus pies, todo apunta que en el mismo lugar que hoy ocupa la que vemos. La torre actual data del año 1717 estando concluida en el año de 1725. Presentaba un cuerpo de campanas diferente al actual y es que tras el citado terremoto se tienen que acometer obras de urgencia en el mismo para arreglos de claves de arcos, consolidación de arcos mediante la inclusión de dinteles laterales,… En su diseño y ejecución intervienen nombres de la talla de José Páez de Carmona o Pedro de Silva, éste último maestro mayor del Arzobispado al que se le atribuye ese aire a la propia Giralda sevillana. En altura alcanza los 51,7 metros sin contar pararrayos y veleta y como dato curioso es la torre que más campanas tiene, 10, siendo una de ellas fija y el resto de volteo.
A escasos 5 minutos a pie, llegamos a los pies de la Torre de la Parroquia Mayor de Santa Cruz, sita en la Plaza de Nuestra Señora del Valle, un lugar con mucha historia para nuestra ciudad. Se alza esta torre de líneas clásicas y compacto fuste junto al antiguo patio de los naranjos de la primitiva parroquia mudéjar, a los pies de la fachada principal de este inconcluso y magno templo. Toda la documentación conservada indica que la torre cristiana se alzo aprovechando el antigua alminar de la mezquita aljama de la ciudad de ahí lo compacto de su fuste y la planta rectangular que posee. En el caso del cuerpo de campanas pertenece a una segunda fase constructiva allá por el año 1725 respetando lo clásico de sus formas anteriores. En las obras vuelve a intervenir el ya citado José Páez de Carmona. Tras el terremoto fue la primera torre en acometer obras de consolidación lo que indica la preocupación del arzobispado por ella, interviniendo en esta ocasión Juan Núñez. En altura alcanza los 40,1 metros y posee la campana más grande de todas las existentes, siendo en total 9. A destacar como caso único en la localidad el color de la azulejería empleada, a diferencia del azul cobalto típico, esn esta ocasión se empleo el color negro. No destacable en altura pero si en historia y singularidad la torre de Santa Cruz preside este lugar desde hace ya muchos siglos.
Paseando por las bellas calles de Espíritu Santo y Garcilaso de la Vega nos adentramos en la Plaza de San Juan por la calle Francisco Pacheco divisando una espectacular estampa de la torre que nos ocupa, la Torre de la Iglesia San Juan Bautista.
Por muchos considerada la más bella, por otros tantos la más barroca lo cierto es que ambos criterios son muy acertados. Ubicada como caso curioso en la cabecera del templo neoclásico inconcluso, se alza sobre bello fuste de ladrillo que da paso a un campanario donde el ladrillo moldurado, el azulejo, las yeserías y las curvas se unen conformando un programa de lo más variado, rico y atractivo. En 1745 hay constancia de que la obra de la torre estaba acabada pero el terremoto le afecta de tal modo que en el 1756 se procede a su total demolición. Bajo la dirección de Pedro de Silva la estructura de la torre se concluye en el año 1759 y como en otros casos en la ciudad, primero fue la torre y luego la iglesia que en este caso nunca llegó a ver el proyecto terminado. Posteriormente intervienen en las obras diferentes maestros como Andrés de Sabala, alarifes como Juan de Carmona, herreros como José Calderón, el pintor y dorador Pablo González, diferentes azulejeros, estando concluida en el 1786. Su altura es de 45,6 metros, disponiendo de 8 campanas y rematando el conjunto un ángel veleta soportado por una base de piedra con una inscripción de los versículos segundo y tercero del Capítulo séptimo del Apocalipsis.
Muy cerca de ella y subiendo al altozano de Écija divisamos la elegante Torre de la Parroquia de San Gil.
Esta esbelta torre, se compone de bellas y muy correctas proporciones. En fecha es la construcción más tardía, comenzando la obra en el año 1775 si bien ya existía anteriormente otra torre. A pesar de tratarse de una parroquia de ingresos escasos, la más pobre por aquel momento de la ciudad, la torre resulta la más airosa de todas con sus nada menos que 52 metros compitiendo de ese modo con sus antecesoras. En ella interviene Antonio Caballero como maestro local y dirección de obras por Antonio Matías de Figueroa. Su diseño a base de 4 cuerpos decrecientes y bulbosos la hacen única en Écija. Las obras finalizan en 1782. El trabajo de esta torre supone la culminación de la estética barroca y el pleno dominio del trabajo del ladrillo en la localidad, una de sus señas de identidad. Consta de 5 campanas conservando hoy en día aún la cruz denominada matraca, un artilugio con sistema de carraca pensado para su funcionamiento en días de luto en contraposición con el repique alegre de las campanas.
Nuestra última torre en esta primera parte será la no menos bella e interesante Torre de la Parroquia de Santiago ubicada en plaza del mismo nombre en la fachada del interesante edificio. La actual edificación viene a ser la tercera torre de la historia de este edificio desde sus orígenes a finales del siglo XV cuando se alzaba en lugar diferente al actual, a los pies de la iglesia junto a la portada aún conservada. Posteriormente se acometerán obras para un segundo campanario ya en este nuevo emplazamiento quedando muy dañado por los terremotos de 1680 y finalmente por el de 1755 lo que obligará al proyecto actual. Este campanario además de presentar la decoración de azulejo, ladrillo y piedra presenta gran superficie revocada lo que le da un aspecto muy diferenciador sobre el resto. Su construcción se desarrolla entre los años 1757 y 1766 bajo la dirección de Juan Núñez. Dispone de 6 campanas, una altura de 46 metros y como dato curioso posee un reloj de sol en su cara oeste. A ella queda vinculada la leyenda ecijana del “moro de Santiago” dentro de la tradición popular de los pueblos.
Si te ha gustado esta entrada, te esperamos en una de nuestras visitas guiadas con Local Look Tours. En una segunda parte te contamos sobre el resto de nuestras torres, no menos importantes, que forman parte del patrimonio religioso de Écija.
Bibliografía
Valseca Castillo, Ana. De las torres parroquiales de Écija en el siglo XVIII / Ana Valseca Castillo. (Arte hispalense ; n. 68) Campanarios S.XVIII Écija Écija (Sevilla) Historia siglo XVIII Sevilla (Provincia)
Méndez Varo, Juan. Catalogo de las torres y españas ecijanas.
Garcia León, Gerardo/Martín Ojeda, Marina. Écija Artística. Colección documental siglos XVI y XVII
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